MI HISTORIA
He estado rodeado e inspirado por maestros y educadores toda mi vida, pero pensé que era lo último que quería hacer. Mi madre era maestra, sin embargo, en mi propia escuela secundaria y preparatoria, y aunque tenía un inmenso respeto por lo que hacía, vi de primera mano el lado verdaderamente riguroso de la profesión. Por lo tanto, me rebelé y me burlé de la idea de hacerlo yo mismo.
Sin embargo, tomé la decisión de tomar la clase de primer paso en el camino de Ciencias Naturales de UTeach, sintiendo un llamado a hacerlo, y desde entonces he estado en el viaje más gratificante de mi vida. Nunca he estado más seguro de que estoy haciendo lo que debo hacer, y lo que una vez vi como riguroso y tedioso se ha convertido en un desafío de la mejor manera. Todos los días me empujan y llaman a mejorar como educador, líder y mentor y respondo porque estoy seguro de que tengo lo que se necesita y el apoyo que necesito para sacar lo mejor de todos y cada uno de los estudiantes que ingresan a mi cuidado.
Enseñanza de la Filosofía
Mi objetivo como instructor es producir estudiantes que sean pensadores independientes y adaptables con una motivación internalizada para aprender y avanzar. Con demasiada frecuencia se piensa que las mentes de los niños son estanques confinados unidimensionales que se llenan con cualquier información que se les pueda meter en la cabeza durante los años que están en la escuela. Sin embargo, como he visto de primera mano en el campo, la realidad es que las habilidades de aprendizaje de los estudiantes son increíblemente diversas y pueden adquirir y desarrollar conocimientos de maneras magníficas. Su aprendizaje y conocimiento están sujetos a cambio y crecimiento dependiendo de sus propias experiencias y habilidades. Creo que el instructor de los estudiantes debe tener en cuenta esta naturaleza dinámica al dar instrucción, y es algo a lo que le daré más consideración en el futuro.
Habiendo dicho eso, aunque soy el maestro, siento que sería mejor para los estudiantes si hablara menos relativamente. Algo que he notado en el campo es que los estudiantes parecen aprender mejor de sus compañeros que de mí, y siento que permitir el diálogo entre ellos producirá mejores resultados en términos de su educación a medida que pase el tiempo. Después de todo, la mayoría de las veces el mundo real no va a tener estudiantes en una situación en la que se les proporcione información ociosamente para regurgitar más tarde. En otras palabras, quiero que los estudiantes estén a cargo de su aprendizaje y construyan conscientemente su propio conocimiento mientras yo facilito y creo un espacio seguro en el que puedan hacerlo de manera efectiva. En mi salón de clases, me gustaría que los estudiantes fueran muy competentes en la autoevaluación porque nadie, incluido yo mismo, puede identificar sus fortalezas y debilidades mejor que ellos mismos.
Por último, y lo más importante, no quiero que mis alumnos crean que deben ser perfectos o incluso adecuados en todo la primera vez. No quiero que tengan la idea de que hay personas que son “solo buenas en unas cosas y malas en otras”. Afortunadamente, los estudiantes no parecían frustrarse con los conceptos que no entendían del todo y no tardaron en hacer preguntas. Me alegra que los estudiantes tuvieran ese deseo inherente de mejorar y estar dispuestos a aprender conceptos nuevos y desafiantes. Aunque también siento que dejar a los estudiantes con sus propios dispositivos por un tiempo y permitir que sus fallas impulsen su aprendizaje expone a los estudiantes a luchar y los obliga a aprender cómo aprenden tanto como individuos como dentro de un grupo.